viernes, 4 de noviembre de 2011

Veracruz, fusión de ritos y tradiciones

Veracruz, fusión de ritos y tradiciones

* Los veracruzanos hablan de las creencias
Una fusión de tradiciones, ritos, creencias y sabores se ha dado cita en los bajos del palacio de Gobierno del estado, en donde se montó una exposición de altares representativos de las principales regiones de la entidad veracruzana.
La rica herencia cultural que tiene Veracruz en vestuario, alimentos y creencias, se hace patente en las ofrendas que representan a poblaciones como Naolinco, Coatepec, Xico y a la región de las Altas Montañas que, entre elementos de origen prehispánico y del cristianismo traído por los conquistadores, representa lo que en aquellas regiones las familias ofrecen a sus difuntos en la creencia de que por estos días los visitan y vienen a nutrirse de lo que en vida les gustaba.
Tamales, tortillas, atole, chocolate, dulces tradicionales, frutas, cerámica, cestería, manteles, jaras, huacales, coronas, imágenes, un vaso con agua, y flor de cempasúchil son algunos elementos que no faltan en un altar y se conjugan en una actividad que permite estrechar los lazos familiares.
El 31 de octubre, llegan los muertos chiquitos, los niños, a quienes se les recibe con dulces, champurrado y juegos. Al partir, el día 1 de noviembre, llegan los grandes, a quienes se les recibe con tamales, mole y, si era su gusto, con el licor de su preferencia y su cajetilla de cigarros.
En cualquier caso, no ha de faltar la luz que los guía de las tinieblas de la muerte al hogar de sus recuerdos; y el camino de flores que simboliza al sol que nos da vida y que también les muestra el camino de regreso a casa.
En opinión de Nicolás Ramírez, y de acuerdo con las enseñanzas que recibió en su familia, en estos días las almas de los difuntos vienen del más allá a estar con sus familiares. “Por eso los honramos con los cuatro elementos que dieron origen al universo, el agua, la tierra, el viento y la luz”, recordó.
Ednita Gutiérrez Guaneros, opina que es una tradición que sirve para recordar a los seres queridos que ya han muerto. “Nosotros ponemos nuestro altar con papel picado, flores, veladoras, agua, caña, alcohol, cigarros, pan, chocolate y tamales”.
“Está bien que se sigan manteniendo las tradiciones mexicanas, en este caso los altares de muertos, de manera que esto contrarreste las prácticas extranjeras como el llamado Halloween, una tradición ajena a nuestra cultura que desgraciadamente va prevaleciendo en nuestros jóvenes y niños”, aseguró Lorenzo Morales Fernández, vecino de esta ciudad de Xalapa.
En su opinión, se trata de una tradición que constituye un verdadero sincretismo de elementos propios de las culturas que habitaron originalmente estas tierras y de los que trajeron los españoles con la religión católica, una fusión muy rica que vale la pena conservar y conocer, dijo.
Para Gerardo Flores, estudiante de preparatoria, esta exposición constituye una buena oportunidad para que la gente no pierda las tradiciones que son propias de nuestro país, sobre todo los jóvenes que cada vez pierden más sus valores culturales por falta de conocimiento.
César Uriel Rincón Quiroz considera que los altares u ofrendas que se dedican a los difuntos en estos días, son una tradición que se debería seguir conservando a través del tiempo, porque, además de ser parte de nuestra riqueza cultural, ayuda a conservar unida a la familia, un valor que ayuda a conservar sana y unida también a nuestra sociedad.

Veracruz, El Estado Que Lo Tiene Todo … Mi Estado Ideal

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