* Los asistentes a la Cumbre Tajín disfrutaron un espectáculo de manos invisibles que los guiaron por la historia de esta esencia arraigada a la cultura, historias, cocina y tradiciones totonacas
El Tajín, Mpio. Papantla, Ver. - Miles de asistentes al festival Cumbre Tajín pudieron disfrutar los aromas y sabores del Totonacapan, y en la Aldea Totonaca, la vainilla, esencia arraigada a la cultura, historias, cocina y tradiciones, fue una de las protagonistas al tener su propia morada, la Casa Xanath.
Al tomar asiento en el sensorama de la vainilla, inicia un viaje a través de la leyenda de la orquídea a bordo de los sentidos; todos están invitados, excepto la vista. Los asistentes se cubren los ojos mientras manos invisibles organizan y disponen las filas para ingresar al recinto, las mismas manos que te invitan gentilmente a ocupar un lugar y entregarte a la experiencia.
Te sientas y acunas a un bebé entre los brazos: es la princesa Xanath. Entre sonidos, aromas y sensaciones, atiendes a la leyenda de su amor imposible. Sientes la orquídea que ha brotado de la sangre de la princesa y del guerrero que la amó. Puedes oler y sentir la preciosa vaina que da como fruto y salir, finalmente, a explorar cómo se enreda la planta en su árbol guía. No tienen que platicarte qué es la vainilla, lo saben tus sentidos.
De acuerdo con Enrique Morales, colaborador del sensorama en la Casa Xanath, crear esta experiencia para los visitantes tiene dos objetivos: dar a conocer un poco de la historia de la vainilla y que los visitantes la conozcan a través de los sentidos.
“Les cortamos el sentido más importante, la vista, para que comiencen a trabajar los otros cuatro. Los estamos invitando a conocer la historia a través de la leyenda totonaca”, comenta.
El sensorama concluye cuando los participantes, con los ojos abiertos, comparten sus sensaciones. Vivir la leyenda a través de los sentidos los ha conmovido, el ambiente les ha dado paz.
“Es muy hermoso, las leyendas son muy hermosas. Hablar de la vainilla es algo nuestro. Me gustó. Se sensibiliza uno, es una de las cosas principales, sentir ese amor a nuestra tierra, a la tierra que nos da el fruto”, comenta Guillermo Guzmán Guzmán, originario de Veracruz.
El guía explicó la importancia de dar a conocer la vainilla, producto orgullosamente veracruzano y cultivado durante generaciones por los totonacas. Veracruz la ha dado a conocer al mundo y es importante apoyar su consumo y el conocimiento de su tradición.
Nosotros queremos que, aparte de la historia de la vainilla, se lleven que de aquí de Veracruz salió el cultivo de la vainilla, que ha sido exportada a nivel nacional e internacional y que Papantla aromatiza al mundo, expresa Enrique Morales, orgulloso de la calidad de la vainilla veracruzana.
En la entrada, el taller de nieve de vainilla. La gente pregunta la diferencia entre las recetas que se preparan con esencias sintéticas y con vainilla natural.
Erasmo Curti Meneses responde inquietudes y comparte la reacción de los visitantes que llegan a su taller. “Básicamente lo que hacemos es que la gente conozca el verdadero sabor de la vainilla. El sabor a vainilla es mundial, existe en todos lados, pero el verdadero sabor de la vainilla muy pocos lo conocen. La gente se queda impresionada, sinceramente creo que supera sus expectativas”.
El sabor sorprende y maravilla al visitante. Locales y foráneos, todos han probado vainilla, nadie conocía su sabor real. Ahora que han probado la nieve de vainilla, están atados para siempre al Totonacapan.
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