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lunes, 16 de diciembre de 2013

Festival del Huapango en Veracruz, esencia viva de la nación huasteca

* La Huasteca embruja hasta al forastero, “cuando ellos prueban, cuando ellos sienten o alguien los induce, adquieren esa nacionalidad huasteca”, asegura el músico Élfego Villegas
Amatlán, Mpio. Naranjos Ver., 24 de noviembre de 2013.- La tierra naturalmente cálida de Amatlán amaneció sumergida en el clima que trajo el frente frío; las chamarras enfundaron los cuerpos de los lugareños y visitantes, los sombreros se vistieron de protectores plásticos y algunos gabanes y rebozos de múltiples colores convirtieron la gris careta del día en una fiesta, y es que siguen los festejos del Festival Anual del Huapango, en memoria de David Celestinos Isaacs, fundador, y promotor incansable de la cultura y tradiciones huastecas.
Los participantes y espectadores se congregan en el auditorio Viva Siempre el Huapango, donde los más aguzados bailadores dan cuenta de su destreza y se realizó un homenaje gráfico al laureado David Celestinos quien, en la distancia, compartió preseas con tres hombres que abren brecha en la conservación y preservación de la cultura huasteca.
Más de pronto habló el trueno, la Tierra Madre se guardó, gran aquelarre suscitó, culebras parieron del suelo y miles de aves al vuelo cruzaron los horizontes y entre silbar de cenzontles la voz del violín afloró, el Huapango se coronó entre los tenek de entonces, así se lee en el poema El regreso infinito, de Celestinos, colocado junto a las fotografías de José Luis Miranda y que conforman la exposición El Regreso, en la que diversas imágenes cuentan la historia de la vida y obra de don David.
En el auditorio, el calor del zapateo, el vibrar de la jarana, la quinta huapanguera y el resuello del violín rechazaban el cobijo al que obliga el frío viento de la plaza, pero para todos hay en esta tierra. Afuera, grupos de bailadores ejercitaron sus mejores pasos en la plaza del Sol Poniente, en la explanada de la primaria Enrique C. Rébsamen y en cualquier rincón que se presentara plano y bueno para el tacón.
En esta tierra, las mujeres y los hombres nacen puestos para el son, los oídos prestos y el cuerpo en acción-reflejo le pone corazón al baile. Bastan las primeras notas y el primer rasgueo de la jarana para que los pies, como posesos, tomen rumbo propio y parezcan no obedecer.
Tan a flor de piel está el sentimiento huapanguero en el alma del huasteco que es su sangre constitutiva, como el maíz la fibra de su cuerpo. “Todos los huastecos estamos hechos de maíz”, dice don Epifanio Sarmiento Rubio, huasteco oriundo de Tancoco, Veracruz, hablante orgulloso de tenek y miembro principal del trío Los Tenek, quien ha recibido la presea Sol Poniente de Amatlán 2013 por su larga trayectoria promoviendo e investigando la cultura huasteca.
“Los huastecos en sus tradiciones tienen cosas auténticas no de hace 200, 300, 400, no, miles de años que tienen los huastecos de existencia”, comenta para legitimar el amor que profesa por sus raíces milenarias.
Aquí, convergen diversos estilos de vivir el son huasteco porque la Huasteca es tan amplia que abarca seis estados de la República: Veracruz, Tamaulipas, Hidalgo, San Luis Potosí, Puebla y Querétaro.
Festival del Huapango en Veracruz, esencia viva de la nación huasteca
Buscar la esencia de lo huasteco es buscar el ícono misterioso que ha hecho que una identidad se amolde a todos estos espacios geográficos, étnicos e históricos: la Huasteca es una nación que embruja hasta al forastero. “Cuando ellos prueban, cuando ellos sienten o alguien los induce, adquieren esa nacionalidad huasteca”, asegura Élfego Villegas Ibarra, del trío los Cantores de la Huasteca, quien también ha recibido este año la codiciada presea.
Desde los 14 años anda en la brega, en el camino del huapango, y en su vida ha presenciado la manera en la que lo huasteco penetra en la vida de los viandantes que, por azares del destino, tropiezan con la Huasteca; recuerda grupos que se han apropiado tanto del son, del huapango, que han tenido que ir muy lejos -los Estados Unidos, por ejemplo– y que se han llevado ese estilo de vida a aquellas latitudes.
El secreto de ese embrujo que parece ejercer el Huaxtecapan sobre cada persona que pisa esta tierra de diversos bemoles es algo en el aire que no se puede tocar, puede estar en los olores de sus múltiples platillos, en el aroma de las flores o en las ondas sonoras que lleva el viento y que transportan a lugares misteriosos ese modo de vida que es el huapango.
Aquí se manifiesta el huapango en todo su esplendor, con sus cinco instrumentos, porque no sólo las tres cuerdas componen el vaivén sonoro. A la jarana, al violín y a la quinta huapanguera deben incorporárseles la voz y el zapateado que generan entre todos esa atmósfera única llamada huapango.
Allá, en la Huasteca queretana, por poner un ejemplo, la frontera del huapango huasteco se hermana con la del huapango arribeño. Dos tradiciones distintas se vuelven similares y encuentran en personas como Reynaldo Mota Molina, tercer premiado de este año, un camino bueno por el cual conducirse. Como promotor cultural honorario, ha creado el programa Rescate de nuestras raíces, mediante el cual la tradición y la cultura huasteca se van arraigando poco a poco en las lejanas pero fraternas tierras queretanas.
“Las raíces culturales aquí y allá son las mismas, eso es lo que quizá amalgama a esta gran área cultural”, comenta advirtiendo que de las seis huastecas ni una sola abraza por completo a una entidad federativa; hay que buscar la unidad en algo más que las fronteras geográficas o políticas.
¿En dónde entonces está la esencia de la Huasteca?, preguntan los músicos, y responden: en los corazones de la gente, porque los huastecos son los principales autores de su identidad. Cada quien se ha acercado por su cuenta a esa esencia y la proyectan al exterior, ya sea por la música, por el baile, por la poesía o las artes en general.
David Celestinos Isaacs, en su poema escribió: ¡Enhorabuena hermanos! ya se oye jolgorio de trinos, van y vienen peregrinos enlazados con sus manos, llegan los tepas, los enanos, incienso y muchas flores que nos pinten de colores, ha llegado el Huapango ya todos están cantando ¡Les digo adiós con amores!
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martes, 10 de diciembre de 2013

La Leyenda Del Hombre Venado De Citlaltepetl, Veracruz

Los indígenas huastecanos creían que nacían al par con un nahual que era un guía espiritual en forma de animal, una alma gemela que estaría presente en todo momento para auxilio de su propio ser.
La creencia en nahuales y su magia aún continúa arraigada en algunos pueblos de la huasteca.
La sierra de Otontepec (kotontok- partido o separado, Tépetl-cerro) tiene una cúmulo de historias, leyendas y relatos, como el que les narro a continuación.
Existió en tiempos de la colonia allá por 1520-1550, en una aldea huasteca en los alrededores de San Nicolás, Citlaltepetl, estado de Veracruz, un hombre entre muchos aldeanos llamado Mazatlakatl, al que se le temía y a la vez se le respetaba, ya que poseía poderes extraños, puesto que en las noches se convertía en animal, podía transformarse en puerco, guajolote, jaguar, perro, tecolote y hasta serpiente.
Algunos lugareños le llamaban nahual o nahualli, también se distinguía por defender a los aldeanos de conflictos con otros pueblos y después a la llegada de los españoles sobre estas tierras, se convirtió en defensor de toda la huasteca, ya que también los poderes que poseía Mazatlakatl, le permitía interpretar la lengua española y así entablar dialogo con los colonizadores.
Su vida fue muy trascendente en estas tierras por muchos años hasta que le sorprendió la muerte, la cual sucedió de una manera de lo más bonita, que nos dejó grabada una linda historia de amor.
Todo comenzó aquella tarde lluviosa, cuando Mazatlakatl andaba cazando en la sierra, al querer matar a una venada, ésta lo miro a los ojos, se le acercó unos pasos y con vos suave le dijo: “no me mates porque eres todo lo que quiero en esta vida, por eso estoy aquí y dejo que me mires” el le contestó con una sonrisa, cerró los ojos y se dejó llevar… aquella hermosa venada lo cautivó, Mazatlakatl regresó a la aldea como hechizado y solo pensaba en ella.
Ya caída la noche empezó a realizar un conjuro, para tomar la forma de venado, lo intentaba en repetidas ocasiones, pero su apariencia daba forma a distintos animales, hasta que llegada la madrugada logra su objetivo.
La Leyenda Del Hombre Venado De Citlaltepetl, Veracruz
Se convierte en un fuerte y ejemplar venado y se va en busca de su adorada, con quien empieza a corretear por la espesa sierra.
Sus vidas comenzaban a tomar color juntos, eran el uno para el otro, compartían días, noches…, fríos y calores…, dolores y alegrías… en forma silvestre sus vidas se veían envidiables para cualquier pareja, juntos eran en sí un solo ser, habitando una cueva de la serranía.
Un día en la mañana alegres retozaban, cuando ambos pensaban que serian felices para siempre, Mazatlakatl empezó a cambiar de semblante, se veía con sus sentidos desorbitados y con los ojos a medio abrir, ella lo miró asustada y le preguntó “¿Qué pasó?” el con la boca apenas abierta, con la lengua totalmente dormida y a punto de desmayarse no le contestó… ella se asustó por aquellos sorprendentes síntomas y solo recibió una respuesta que no creyó: “su amado estaba cambiando”, sí se estaba convirtiendo otra vez en hombre, después se arrodilló en la tierra… comenzó a sentir el frío por sus piernas y brazos, miró hacia el cielo y cayó desplomado por el suelo, ya muerto.
Su hechizo ya había terminado y no se dio cuenta de volver a renovarlo, la hermosa venada se quedó por mucho tiempo con él, tal vez meses o años hasta morir también demostrándole al mundo como se puede amar, aunque el jamás recuperó su forma de animal.
Ya que el esqueleto de la venada quedo sobre el del hombre, al que por su trasfiguración, bautizaron como Mazatlakatl (hombre venado).
Hay muchos ancianos que todavía cuentan a sus nietos de éste amor bonito que hubo entre un brujo o nahual con una venada salvaje.
Éste personaje se asocia con Pablo Tepemazateutle, padre de Juan Felipe Tepemazateutle, cacique de Citlaltepetl y fundador de la aldea huasteca de Juan Felipe Tepetzintla, hoy municipio de Cerro Azul.
Cuextécatl Volvió a la vida - José Reyes Nolasco

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martes, 1 de octubre de 2013

Costumbres Funerarias En La Huasteca Veracruzana

Tenían como costumbre funeraria en toda la huasteca, que la única forma de pasar de esta vida a la otra. Era cremando el cuerpo, con la idea de que el humo trasladaría al difunto hacia un lugar del inframundo dedicado a “Mictlantecuitl” (señor del reino de los muertos, los sueños, la sombra y las tinieblas).
Haciendo el ritual de la siguiente manera, construían una palizada en forma de cama para cremar el cuerpo, pero antes lo decapitaban y dejaban escurrir la “chalchihuatl” (sangre) para liberar el espíritu. Y la cabeza la reducían de tamaño canino, que llamaban “Tzontécomatl” (cabezas cortadas o separadas), para sepultarlas en un pozo especial de piedras. Solo los jefes, brujos, patriarcas, sacerdotes, caudillos y nobles, eran sepultados completos, junto a sus viviendas ó debajo de alguna construcción, pirámide ó cues.
Lugar donde toda la aldea les llevaba, utensilios de barro, conchas, jade, obsidiana y a veces hasta de oro. También si no fue casado el muerto, sacrificaban a una doncella para que lo acompañara en su camino hacia los dioses y pudiera regresar a la tierra ocupando el cuerpo de un recién nacido; Los guerreros que morían en la batalla y los que morían en la piedra de los sacrificios, iban al “Tonatiu-ichan” (la casa del sol) y se les llamaba “Cuauhteca” (espíritu del águila) y se convertían por cuatro años en compañeros del sol y después volvían a la tierra trasformados en “Huitzitzilin” (colibríes).
Costumbres Funerarias En La Huasteca Veracruzana
Las mujeres que morían durante el parto, iban a “Zihuatlompa” (lugar de las mujeres) y se les llamaba “Zihuateteo” (mujer sin vida) que acompañaban al sol durante la noche, se volvían inmortales y solo regresaban a la tierra para provocar, calamidades, como enfermedades, muerte y terror.
Y en lo que se refiere a los niños recién nacidos, ellos tenían como destino “Tamoanchan” (lugar de nuestro origen), donde eran alimentados por ”Zichihuacuhco” (árbol madre, que da leche). Pero los más grandecitos que morían por enfermedad ó muerte natural se iban a “Mictlan” (lugar de muertos), donde viajaban por cuatro años, para convertirse en la nada.
Hoy en día aun se conserva la creencia de que los muertos regresan en época de todos santos, por tal motivo en la Huasteca se hacen altares con arcos adornados, con una flor que se llama “zempoalxochitl” (ekzempoalli, significa otra vez y xochitl-flor). Según los muertos regresan otra vez convertidos en flor, por eso la llaman “miquexochitl” (flor de muerto), estos regresan atravesando el arco que representa la entrada o salida entre la vida y la muerte, allí se colocan las ofrendas.
Tomado del libro “CUEXTECATL VOLVIO A LA VIDA” - De José Reyes Nolasco.

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miércoles, 21 de noviembre de 2012

La Llorona Huasteca


Esta leyenda aunque se cuente de diferentes maneras, en diversos pueblos del mundo, tiene sus orígenes en: Génesis 25:16-20; Jeremías 31:15; Mateo 2-18
"Así dice el SEÑOR: Se oye una voz en Ramá, lamento y llanto amargo. Raquel llora por sus hijos; rehúsa ser consolada, por sus hijos que ya no existen." Refiriéndose a la fecha del 28 de diciembre, cuando mueren varios infantes por ordenes de Herodes.
       Eran en aquel entonces, los meses de julio y agosto en los años de 1790 – 1800, en una aldea huasteca fincada en la sierra de Otontepec sobre el rio Tancochin, quizá Tancoco, quizá Amatlán, quizá Chinampa, quizá Naranjos.
       La aldea se componía de apenas unas veinte familias Téenek, entre ellas habitaba un matrimonio formado por Chajíp (otate fuerte) y  Chuyém (flor maravillosa) padres de seis niños, el más grande de nombre Tocob (nube) como de seis años, Chanab (grillo) de cinco años, Jel (sereno) de cuatro años, Expidh (solito) de tres años,  Albedh (hermosa)  de casi dos años y Uco (tordo) como de seis meses.
       Se podía decir que esta familia, era la más feliz de toda la aldea, pero la desgracia cambiaria por completo su destino.
       Fue un día nublado con amenaza de lluvia, cuando Tocob llevo a bañar a sus hermanitos a una poza de agua cristalina sobre el río, estuvieron retozando divirtiéndose en demasía, sin descuidar a sus hermanos menores.
      Ya en la tarde casi para salirse del agua, comenzó a llover precipitadamente, que Albedh la más pequeña se espantó y se dejó caer, en las aguas de la poza y Chanab se abalanzó sobre de ella para sacarla, pero de repente la corriente los arrastró sobre el río, al ver Tocob que sus hermanitos se estaban ahogando, se echa al agua queriéndolos rescatar, lo mismo hace el pequeño Expidh, pero el cauce del río era demasiado fuerte y se los llevó.
     Chuyém la madre al ver que la tempestad estaba arreciando, corre a la milpa con Uco en brazos, para avisarle a su marido Chajip que los niños andaban en el rio y no regresaban, despavorido Chajip va hasta el río y al ver que Jel uno de sus hijos estaba siendo arrastrado por la corriente, se lanza también al río muriendo ahogado, Chuyém al ver la tragedia, se arroja desesperada con el niño en brazos y también es arrastrada por la corriente.
     Los aldeanos comenzaron la búsqueda por las orillas del rio, sin encontrar rastros de la familia, hasta como a los diez días, en una mañana nublada encontraron a Chuyém,  a la orilla del río con la vista perdida, su cuerpo desnudo y su rostro desecho, casi cadavérico que producía terror, la envolvieron en una manta blanca y la llevaron a la aldea, no quiso comer ni beber agua, solo balbuceaba llorando lagrimas secas, (na´cuitol´i, na´cuitol´i )¡mis hijos… mis hijos!  Desde entonces le empezaron a decir  “Uxum ok´ol” (mujer que llora) o la llorona.
       Días después desapareció misteriosamente de la aldea, aunque algunas personas decían  que caminaba por la sierra  y el río gritando como en lamento ¡mis hijos, mis hijos!
      Pasaron casi tres años de aquel lamentable suceso, que parecía ya estar olvidado por los aldeanos huastecanos, hasta que una noche cuando azotaba una fuerte tormenta, en uno de los jacales de la aldea vieron como un fantasma atraviesa la pared de otate y lodo, cargando en brazos  al niño más pequeño, que estaba durmiendo en la cuna, gritando con gran tristeza . . . . . ¡mis hijos,…… mis hijos!......      los padres quisieron quitárselo, pero al intentar  agarrarla abrazaban una y otra vez solo aire vacio que los llenaba de terror.
       Uxum ok´ol  conocida como la llorona, lleva el niño hacia el río sumergiéndose en el agua hasta ahogarlo, mientras los aldeanos impotentes por no poder con este ser sobrenatural, veían como su rostro cadavérico y lleno de terror, se desvanecía gritando ¡mis hijos, mis hijos!.
       A la mañana siguiente encontraron a la criatura ahogada no muy lejos de la aldea, el cuello y la espaldita estaban rasgados, como si le hubiese pasado las uñas profundamente por su piel.
       Transcurridos  los tres días volvió a azotar otra tempestad, en la obscura aldea en medio de la sierra y en la orilla del rio Tancochin, los rayos caían centellando el jacalerío, de pronto escuchan nuevamente el lamentoso grito ¡mis hijos… mis hijos! Sí no había duda alguna, la llorona estaba de vuelta, solo que esta vez no entro a ningún jacal.
      Se paseaba por toda la aldea gritando, los aldeanos la miraban con recelo y temor era ella Uxum ok´ol sí la llorona, enredada como en una manta blanca casi trasparente, horas después casi al amanecer  se aleja rumbo al río, causando calma momentáneamente en la aldea, pero de pronto las puertas de todos los jacales, se abren como por arte de magia y los niños menores empiezan a caminar, como hipnotizados precipitándose  en el río, ahogándose absolutamente todos en sus aguas, mientras los aldeanos se quedaban estáticos sin poder hacer nada, como si la llorona los hubiese paralizado.
      Al llegar el nuevo día volviendo a la realidad, todo fue llanto y dolor, los aldeanos se abalanzaron hacia río, para rescatar los cadáveres de sus niños maldiciendo a la llorona y pidiéndole a Dios que se la llevara para siempre.
       Hoy en día, en la Ciudad de Naranjos, dicen que hay personas que la han visto y oído cuando viene la tempestad, gritando con gran lamento ¡aauuuuuuuuuuuuu! Sin mencionar a sus hijos, se cuenta esto pero no con mucha certeza.
       Los niños y algunas personas adultas también, cuando empieza a llover en la noche, más si se oyen truenos y quitan la luz, cierran bien las puertas y ventanas, se meten en sus camas tapándose hasta la cabeza, cuando el cielo empieza a tronar, no vaya a ser que la llorona grite a sus oídos ¡mis hijos, mis hijos! atravesando la pared y se los lleve al río.
Tomado del libro "Cuextécatl Volvió a la vida"
José Reyes Nolasco


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domingo, 1 de julio de 2012

La Sirena de Tamiahua, La Ninfa de la Huasteca

La Sirena de Tamiahua, La Ninfa de la Huasteca



Rancho Nuevo, era un pueblo que existió entre Tampache y la hacienda de San Sebastián, dentro del municipio de Tamiahua en el estado de Veracruz. En ese lugar vivían entre sus pobladores, una señora llamada Damacia González Corona, acompañada de su hermosa hija Irene, una joven hermosa de tez morena, ojos aceitunados y larga cabellera negra.
Después de la muerte de su esposo Abundio Saavedra Rosas, se quedan las pobres mujeres solas, y se dedicaron al servicio de la iglesia y de Dios, que iban hasta Tamiahua, Tampache, Temapache, Acala, Hormiguero, Tancochin, Cuesillos y Tierra Blanca,  rindiendo culto a todas las festividades y honrando a todos los santos. Hasta que un día jueves santo allá por los años de 1900 -1920, en plena semana santa, que eran días de vigilia o de guardar. Irene había ido a traer leña por el rumbo de paso de piedras, (leñar acto prohibido en estos días),  llega donde su madre y le dice: “ma, yo ando muy sucia y polvienta, que me dan ganas de echarme un baño”  su madre le contesto “no hija te condenarías, en estos días no debemos agarrar agua, mucho menos bañarnos”, pero Irene le contesto “hay ma dios me perdone pero yo aunque sea me voy a lavar la cara”.
Tomó un guacal con dos hojas de jaboncillo y se fue rumbo al pozo a lavarse la cara. De pronto su madre escucho unos gritos de angustia. Era Irene quien gritaba “ma, ma ayúdame, ma, ma ayúdame”   pero de pronto sus gritos se convirtieron en un triste cántico como de lamento. Allí junto al pozo se levanto una gigantesca ola y ella se empezó a convertir en otro ser. Su boca como de pez, sus ojos más grandes, su negra cabellera y su piel se tiño como de rojo, y lo más cruel sus piernas desaparecieron, formándose debajo de la cintura una cola de pez, babosa y con escamas.
 
La ola  arrastro su cuerpo por el río rumbo al mar, los lugareños la siguieron en pequeñas lanchas hasta la laguna, cuando estaban a punto de alcanzarla, se apareció un extraño barco de madera viejo, destrozado y feo. De pronto ella salto hacia él, con una sonrisa burlona y cantos macabros “peten ak, peten ak,” (giren, giren o circulen, en huasteco, hoy en día se dice petenera).
Estos cantos reunían en derredor de ella a toda la especie marina, desapareciendo a la vista de todos.
Desde aquel entonces su vieja y cansada madre cada jueves santo, va hasta la playa, con la ilusión de volver a ver a su hija Irene. Solo cuentan los pescadores que cuando oyen sus fúnebres cantos, se alejan del lugar porque aquel que la vea sufre desgracias. Ya que se convierte en una rubia y hermosa mujer de dulce vos y prominentes pechos.
Aunque algunos pescadores han muerto cuando la han visto, porque al acercarse miran un ser espectral y horroroso, dicen que les voltea las lanchas y embravece las olas hasta matarlos.
Versión popular
 “Cuextécatl Volvió a la Vida” - José Reyes Nolasco.

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jueves, 16 de febrero de 2012

Participarán más de 200 bailarines en el Encuentro Estatal de Danzón: DIF

Participarán más de 200 bailarines en el Encuentro Estatal de Danzón: DIF


* Representarán a las 9 sedes donde el organismo asistencial realizó encuentros regionales
* Vendrán de las regiones de la Huasteca alta y baja, Totonaca, Nautla, Altas Montañas, Sotavento, Papaloapan, Los Tuxtlas y Olmeca
Tras ser seleccionados como finalistas de los nueve encuentros regionales, más de 200 bailarines subirán al escenario del Teatro del Estado para participar en el Encuentro Estatal de Danzón, promovido por el DIF Estatal, este miércoles 15 a partir de las 11:00 horas.
Todas las familias podrán asistir a disfrutar del espectáculo, en el que los protagonistas son jóvenes, adultos y de la tercera edad, habitantes de la región Huasteca Alta, Huasteca Baja, Totonaca, Nautla, Altas Montañas, Sotavento, Papaloapan, Los Tuxtlas y Olmeca.
El último de estos encuentros regionales se realizó en este municipio, donde grupos de danzón local, de Xalapa, Las Minas, Banderilla, Coacoatzintla y Emiliano Zapata amenizaron la tarde de decenas de familias que asistieron al salón social a apoyar a todos los participantes.
Durante los eventos regionales que se llevaron a cabo en las plazas cívicas, parques y lugares emblemáticos de cada municipio, los DIF municipales respaldaron la convocatoria promovida por la presidenta del Patronato del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia, la señora Karime Macías de Duarte, en el rescate y preservación de la cultura veracruzana.
La subdirectora de Atención al Adulto Mayor del DIF Estatal, Odeymi Maceda Garrido, reiteró la invitación a la sociedad en general a que asista este miércoles 15 de febrero a la sala Emilio Carballido del Teatro del Estado, donde se presentarán los 70 grupos de bailarines del Encuentro Estatal de Danzón.

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lunes, 23 de enero de 2012

Pánuco, sede del Encuentro Estatal de Danzón

Pánuco, sede del Encuentro Estatal de Danzón



La ciudad de Pánuco será sede del Encuentro Estatal de Danzón, organizado por el Sistema DIF Estatal, el próximo 27 de enero, en la explanada de la plaza principal a las cinco de la tarde, con la participación de los 14 municipios que conforman la huasteca alta veracruzana, dio a conocer la presidenta del DIF municipal, Elia Pazzi Maza.
Dijo que resulta de gran beneplácito para la comunidad panuquense convertirse en sede de un evento de esta magnitud con el cual se busca difundir y promover el danzón en las nuevas generación; además de servir como importante espacio para la recreación familiar y fomento a la cultura.
La alcaldesa Zita Pazzi Maza ha instruido que este evento se haga extensivo al sector educativo y a la sociedad en general, para que sea partícipe de dicha actividad, subrayó la presidenta municipal del organismo asistencial.
Por ello, invitó a la población panuquense a participar, para lo cual, dijo, ya hay módulos de inscripción atendiendo en las instalaciones del ayuntamiento y del DIF municipal. Añadió que se contará con tres categorías: 16 a 29, 30 a 59 y de 60 años en adelante.

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jueves, 15 de diciembre de 2011

Leyenda de Huehueyac Xonkaalli

Leyenda de Huehueyac Xonkaalli


Existió alguna vez allá por el año 1200, un horrendo hombre de larga cabellera, ojos destellantes y hocico como de fiera.
Que por su pelo se confundía, con las mujeres de Xonkatlan (lugar de cabelleras o de greñas sueltas).
Una aldea huasteca, gobernada por una mujer llamada, Tezitlal (estrella de piedra) en inmediaciones de la sierra de Kotontepetl (cerros partidos o separados).
Pueblo dominado en ese entonces por el reinado de Tomiyahuatl, después de la caída del imperio huasteco chichimeca de Cuextlán.
Este sanguinario hombre que sobrevivió al exterminio total de varones, realizado por las satanizadas guerreras huastecas de raza negra, provenientes del imperio de Tam yam ija (entonces mucha agua) hoy Majaguales o Tamiahua la vieja.
Huehueyac Xonkaalli habitaba  en la espesa selva a salto de mata escondiéndose para no ser descubierto.
Aquel hombre juró vengar a los extintos varones de Xonkatlan y aldeas vecinas, que fueron salvajemente castrados, flechados, desollados y devorados por estas sádicas mujeres.
Este hombre se valía de algún poder mágico para entrar al pueblo sin ser visto y robarse a una mujer cada tres días.
Las llevaba a una cueva de la serranía, donde por medio de  amarras las atacaba sexualmente hasta saciarse, para después cortarles los senos, matarlas.
Y como burla o ejemplo de poder, ya muertas las llevaba a cambiar por otra mujer viva
Acto que tuvo indignadas por mucho tiempo a las salvajes guerreras, que por muchas trampas que le pusieron no lo podían descubrir.
Temerosas pensaban también que era un ser divino con el que no podrían jamás.
Pero por fortuna para ellas, una madrugada lluviosa, cuando Huehueyac se llevaba  a otra guerrera en brazos, cae un estruendoso rayo y despierta a todas las mujeres de la aldea y a la que llevaba en brazos también.
Esta despierta aprisionándolo con sus férreas manos, para dar tiempo a que las demás  aldeanas lo tomaran preso.
Bajo la lluvia en un rito con danzas y grandes hogueras, le arrancaron los ojos, las uñas de pies y manos, lo castraron, lo flecharon, lo desollaron y lo devoraron.
Para así terminar con el mito de  Huehueyac Xonkaalli y vivir tranquilas para siempre, empezando a rendir tributo al Dios “Tlapetlantli” (Trueno o rayo), hasta la muerte de Tomiyahuatl en Tenayucan capital de la huasteca en aquel entonces.
 Aunque en ocasiones cuando hay tempestad, gentes de algunas comunidades de la sierra, han visto en aparición a este horrible hombre cargando a una mujer ensangrentada, causando gran espanto  a las gentes que logran  verlo.
Apodándole “tekuani temiktiloni” (bestia asesina).

“Cuextécatl Volvió a la Vida”   José Reyes Nolasco.

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viernes, 9 de diciembre de 2011

La Leyenda De Tomiyahuatl

La Leyenda De Tomiyahuatl

“Tomiyauhatl” (Poder negro del agua)

“Tomiyaotl” (Fuerza guerrera)

Según una leyenda huasteca dice; Que allá por el año de 1180, una docena de pescadores huastecos, estando en la laguna, vieron que se acercaba una “tan” (canoa) grande y estos por precaución salieron del agua, corriendo hacia la orilla, para tomar sus armas (escudos, arcos, flechas, hachas y lanzas).
Con la intención de hacerles frente a los intrusos, apostándose ya listos para atacar, pero para sorpresa de ellos, los ocupantes de aquella embarcación eran unas treinta hermosas mujeres altas de color negro, con lindos ojos aceitunados, pelo chino.
También cargaban arcos y flechas, pero llegaron en son de paz.
Con ellas venían cinco niñas no mayores de tres años, solo que la más pequeña era totalmente diferente a las demás.
A pesar de su corta edad, lucía una mirada segura y serena, casi dominante, su pelo al igual que las otras era chino pero más menudo y reluciente.
Las mujeres no hablaban el nahua o mexicano, era otra lengua tal vez el maya, Tenek o Huasteco.
Los pescadores atentos les ofrecieron ayuda, invitándoles agua, frutas, y alguna carne seca para mitigar el hambre, que a pesar de lo pesado del viaje, las mujeres lucían bellísimas.
Un pescador les hizo una seña indicándoles que los siguieran, conduciéndolas hasta un lugar muy cerca de la playa.
Al que le llamaban Te´inic (Téenek) o “Macehually” (lugar de origen), hoy se le conoce como Majaguales o “Manjuhuale” (manju; cara, huale; pintada o sea caras pintadas) o “Tam yam ija uxquae” (tam-entonces yam-mucha ija-agua uxquae-la vieja o Tamiahua la vieja), porque fue gobernada por una mujer.
Al llegar a la aldea causaron gran expectación ya que las veían diferentes a las lugareñas, que algunas gentes las confundieron con animales, así fueron presentadas ante el soberano “Atl-aua” (dueño del mar o de las aguas) hijo de Milpanecatl rey de Cuextlán.
Atl-aua no pudo contener la belleza de una de ellas, que mostraba un extraño atuendo, enseñando ella un gran ombligo, nombrándose “Uxum kon Bilim” (mujer de ombligo grande) y el rey Atl-aua la tomo como esposa y a la niña la nombro Tomiyauhatl como hija suya.
A las demás mujeres las dejó al servicio de la nueva soberana de estas tierras huastecas.
Las niñas crecían juntas solo que la soberana le prestaba mucha atención, a su hija Tomiyauhatl y el esposo celaba aquella relación.
Y con la intención de borrar cualquier recuerdo que pudiese interrumpir el amor que sentía por ella.
Llamó a unas de las mujeres a su servicio y les ofreció tierras y poder con la condición que se llevaran y mataran a la pequeña, sin que se diera cuenta su madre.
Así en una madrugada aprovechando un torrencial aguacero se llevaron a la niña rumbo al mar en una canoa, llegando a Kisin ku´ul, una isla a la que hoy se llama el ídolo.
Por temor a la reina no la quisieron matar por el contrario construyeron un altar y labraron una figura que representaba a “Yejchel mam (Dios Viejo), para venerarla y darle los mejores cuidados dignos de una diosa.
La niña creció retozando en las orillas de la isla, bailaba excepcionalmente, copiando los rítmicos movimientos que hacían por las noches en un extraño ritual frente a grandes hogueras aquellas mujeres que la cuidaban.
Ellas sacrificaban niños varones traídos de la comarca, en honor a Yejchel-mam (abuelo, Dios), y toda la gente decía, cosa muy rara que los niños desaparecieran y que los hombres de la zona estuviesen muriendo misteriosamente.
Algunas mujeres regresaron con el rey Atl-aua para reclamar su pago, este les dio un guía llamado Inic-Mam (señor Dios) para tomar unas tierras en los límites del reinado de Cuextlán en un lugar que se llamó “Cacateapam” (sagrado árbol de las ciruelas moradas).
Después de haber tenido muchas desgracias, más abajo del otro lado del río, fundaron otro pueblo que se le llamo Yancucum (muchas palomas hoy Tancoco) o Tankukum (Tan-canoa kukum- palomas o canoa de palomas), donde también fueron desapareciendo los varones.
Otras cinco mujeres fueron dadas al rey de Tambuc (entonces siete) o Tabuco a cambio o trueque de granos y este a su vez hizo lo mismo con otro rey y también ocurrió lo mismo que en Yancucum.
Fueron desapareciendo los varones misteriosamente hasta que quedaron puras mujeres y a este lugar se le nombro Xihuatlan (lugar de mujeres) que después por desconocer las lenguas le llamaron Tihuatlan o Tzihuatlan.
Otras mujeres se fueron por el rumbo de Tanlolokab, buscando un lugar más apartado llegando a un lugar en la sierra, y fundaron otro pueblo llamado Tamásuchale o Tamazunchale (donde gobierna una mujer).
Desde entonces en toda la región las gentes no hacían más que preocuparse por la fuerza de dominio de aquellas hembras, que se dieron a la tarea de capturar varones castrándolos antes de matarlos y a los de mejor físico los dejaban para aparear a las mujeres de la aldea.
Un día Uxum kon Bilim reina de Macehually tuvo un sueño y cuando despertó tomo cautivo al rey Atl-aua, mostrando públicamente su poder.
Lo obligo a que confesara y dijera dónde estaba su hija Tomiyauhatl, el rey Atl-aua pedía piedad, para no ser castrado y le respondió que Tomiyauhatl ya estaba muerta, que él mismo la mando a matar.
Ese mismo día se aparecieron, ante la reina las mujeres que se la habían raptado, haciendo saber a la reina que no la mataron, que la tenían como lo que es ¡una diosa!.
! Llena de furia la madre ordenó que lo castraran y le lanzaran 34 flechas en el pecho al rey Atl-aua, llevándolo a un cerro para que los devoraran las fieras salvajes (jaguares).
La mujer desesperada pidió que la llevaran al Lugar donde se encontraba Tomiyauhatl, pero al llegar a la isla, estallo de júbilo y alegría, no podía creer lo que estaba viendo, aquel lugar parecía un paraíso.
De pronto vio una hermosa joven bien crecida de apenas unos quince años, corrió para abrazarla ella estaba segura aquella joven era Tomiyauhatl su hija, la diosa que heredaría su trono,
La llevo a presentarla ante su pueblo Macehually con todas las aldeanas, como reina y diosa y le mando a confeccionar un atuendo muy lúcido, pidió que se colocara en el tocado la imagen de su dios “Quetzalcóatl 1º” para que la protegiera siempre.
La instruyo en el manejo del arco y flecha, haciéndola que tomara una actitud cruel y despiadada, practicando el tiro con infantes y prisioneros varones a los que soltaban y los obligaban a correr para flecharlos a gran distancia.
Después la nombró reina de Macehually, Uxum kon Bilim, para casarse con “Inic Tampek I ha Pulik” (señor perro de aguas grandes o señor y rey de Tampico alto) quien se la llevo a vivir con él a una ciudad huasteca, también de la costa.
Desde entonces empezó a crecer gran fama, de la belleza y el poder de Tomiyauhatl en todos los reinados de Cuextlán, Huexotlan, Xicóac, Cuatochpan, Tetlayotl, Tambuc, Ocheloamatl, Tanlolokab, Tampek I ha, Pána,uk’um, hasta Tenayucan, donde el soberano Xólotl (desnudo o encuerado) en el año de 1211, pidió que lo llevaran para negociar algún trueque.
Ya en Tam-yam-ija uxquae o Macehually, al conocerla se enamoro de ella ofreciéndole, poderío y fortuna que despertó la ambición y codicia de la reina que a cambio de ello lo obligó a traicionar al rey de Cuextlán “Toteco Tímate” (Dios que todo lo puede o lo sabe) o “Tlamantinipilli” (hijo sabio) hermano de su padrastro Atl-aua, al igual que a otros pueblos aliados suyos.
Así la Huasteca quedó a merced de Tomiyauhatl, quien ordenó que mataran al rey de Cuextlán decapitándolo y la cabeza la ensartaron en un poste alto y puntiagudo a la entrada de Xicóac, mientras su cuerpo lo arrojaron a las brasas del fuego.
A los hermanos del rey Toteco, “Tlatlanque” (tierra que acaba) y “Popolaca” (humo reluciente) apodados los invasores de la Huasteca, los tomó presos y los llevaba a “Tenayucan” (lugar amurallado), pero en el camino sabiendo de la manera en que iban a morir empezaron a gritar de espanto, para callarlos pidió arrancaran la cabeza de Tlatlanque, mientras Popolaca lloraba sin consuelo, a esa trágica acción le llamaron “Cuxtecatlichocayan ome” (donde lloraron dos huastecos Lienzos de Tuxpán o códice Boturini).
Xólotl y Tomiyauhatl tomaron como capital de la huasteca a Tenayucan, donde procrearon tres hijas muy hermosas de facciones negras.
Tomiyauhatl por su carácter siguió dominando al rey Xólotl buscándole problemas con los demás pueblos por muchos años.
Hasta el año de 1242 en que las mujeres del lugar cansadas de tantas humillaciones, se lanzaron sobre Tomiyauhatl matándola y quemándola en el monte, ya que la muy perversa manejaba a su antojo al rey Xólotl.
Después que llegaron nuevas tribus del norte el rey Xólotl, las acogió complacido y les dio tierras como lo hizo con los Acolhuas y Tecpanecas.
Los segundos se establecieron en Atzcapotzalco.
De los primeros tomaron el nombre, pues Xólotl caso a sus hijas con los tres jefes, formando desde entonces una sola monarquía, la de Acolhuacán.
Después regreso a las tierras de la huasteca para declarar la libertad de todos los pueblos, estableciendo nuevos reinados y monarquías al mando de Cuatuche (el conejo) y soot (el murciégalo).
Significado de Tamiahua
1.- Tla-mía-hua-c la tierra de las flores de maíz (náhuatl)
2.- Tam-yam-ija entonces mucha agua (huasteco)
3.- Tamiahua donde llego gente de altamar maleante y
Sinvergüenza.
Cortesía: “Cuextécatl Volvió a la Vida” de José Reyes Nolasco.

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Historia De La Huasteca

Historia De La Huasteca


                   En esta zona de Tepetzintla se encontraba la ciudad más grande y organizada de todo Huastecapan con unos cincuenta mil habitantes, que fue  gobernada por el rey huasteco “Almehen Muy” (conejo noble), aliado del sacerdote Tolteca, “Huemác” (manos grandes, hueye-grande imac-mano) 1048 quien sustituye de manera interina desde 1039  a Xiutlaltzin (venerable tierra de turquesas) viuda del rey O-Mitl (el huesudo) quien murió en 1035.
             En aquellos tiempos,  existió una pareja muy joven formada por “Ketun” (piedra preciosa)  y  ”Bilim nacon hobon” (gran sacerdote sabio) que engendraron a un niño al que pusieron por nombre “Albin hobon” (niño sabio) y que educaron con mucho ahínco, hasta la edad de 12 años, que según la leyenda desapareció misteriosamente del lugar, quizás estuvo preparándose en algún “Calmécac” (escuela donde se preparaban los nobles para oficios sacerdotales).
      Después de 20 años regresó mostrando gran sabiduría y preparación, tanto que dominaba a la perfección cuatro lenguas diferentes, enseñando a su pueblo la lengua náhuatl siendo esta muy fácil de aprender, que se uso y sigue usándose como lengua franca para la comunicación en los pueblos indígenas. Albin hobon o Cuextécatl (Cuechtie o kuechtli- sonaja de cascabel de víbora y atl- agua o sea que Cuextécatl significa; agua de cascabel) a la muerte de Muy-Almehen, se convirtió en rey a tan corta edad, del imperio al que le llamaron Cuextlán (Cuechtie o kuechtli – sonaja de  cascabel  de víbora y tlan –lugar), convirtiéndose, Cuextécatl en rey, señor y caudillo de las huastecas, “Cuextécatl” (por su sabiduría ya que dominaba 4 lenguas diferentes, le llamaron abuelo o anciano de los huastecanos), que por su capacidad ideológica, estratega, inteligencia  y gran valor, logró establecer alianzas con los “Nahoas” (gente superior o gente que manda), “Otomíes” (Othón significa no poseer nada y mí, cazadores que caminan cargando flechas) y los “Chichimecas” (raza o linaje de perros), para defenderse de los ejércitos invasores, convirtiéndose en rey, señor y caudillo tanto de la Huasteca como de las etnias de los Téenek, Pames, Nahuas, Otomíes, Tepehuas, y tal vez hasta de los Totonacos, prueba de ello que  su centro ceremonial, el nombre que lleva “Tah k´in” (Tajín o lugar de trueno) es en lengua Téenek.
           Según la leyenda de Cuextecatl cuenta que, cuando regresó del Calmécac desconoció a sus padres, estos  le preguntaban qué fue lo que lo hizo cambiar y decir que ya no tenía padres, les contesto que él se debía a alguien mucho mayor a todos los humanos, y ante la presencia de ellos se despojó del bonete o gorro cónico y les mostró su cabeza totalmente rasurada o rapada y comenzó a relatarles la experiencia obtenida en aquel Calmécac.
        Donde días antes de su retiro, tuvo algunas premoniciones, en las cuales primero se vio en total desgracia buscando humillante, una mano amiga que le brindara ayuda, y le pidió a los dioses que le indicaran el camino de la verdad, pero ellos le respondían con acciones muy confusas que no le satisfacían por lo cual lloró enormemente, y se vio por años prisionero de grandes y poderosos guerreros, hasta el día de su muerte, cuando despertó estaba en un monte espeso y solitario con mucha hambre, allí solo encontró agua fresca y cristalina de la que bebió, luego comenzó a caminar sin rumbo fijo hasta que de agotamiento le dio tanto sueño quedándose dormido.
       Y comenzando a soñar nuevamente, este se vio lleno de felicidad, con un mundo de almas dichosas a sus pies, mostrando gran poder de espiritualidad, dominando en todo su origen al mal y a la muerte.
       Su tercer sueño fue tan terrible sentíase atacado por feroces fieras, serpientes y seres monstruosos como Mictlantecuitl que le dio tanto miedo, pero de pronto se le apareció su madre a la que había dejado abandonada, extendiéndole los brazos buscó su protección con los ojos llenos de lagrimas, se lanzo sobre ella pero esta se desvaneció y despertó con gran lamento.
          La cuarta noche soñó que se encontraba flotante en el cielo, alcanzando las estrellas, todos los astros, el cielo y las copas de los árboles, vio las almas agrupadas en parejas mostrando gran felicidad, pero de pronto vio esas almas desfallecer descendiendo cada una al inframundo y con ellas caer el también para luego despertar de ese suplicio.
            Más tarde volvió a quedarse dormido y vio un circulo luminoso que daba vueltas, dentro de este se hallaban muchos guerreros que luchaban a muerte despedazándose encarnizadamente se escuchaban horribles gritos ensordecedores de dolor, de ira y de espanto, atento a esta escena y preso de terror despertó nuevamente que no quería dormir jamás, pero el sueño lo vencía.
          Y otra vez mas soñaba, pero ahora con un hombre blanco que llegaba del mar, con su rostro lleno de quietud y de paz, con mucha fuerza y voluntad, con acciones llenas de honestidad, de entrega a su raza, con voz suave que sus palabras llevaban luz espiritual, para ser escuchadas con gozo y este castigaba el mal y vencía a la muerte, pero de pronto este ser emprendió su camino hacia el mar perdiéndose en las aguas.
         Que después en otro sueño, se quedo esperando en la orilla del mar su regreso, por mucho tiempo hasta que este volvió con ejércitos de hombres armados parecidos a él, pero su semblante había cambiado totalmente, era ya de aspecto cruel y frió, sus ojos reflejaban la muerte y lo que vio, les decía ¡padre, madre! como cruelmente los destruían y los mataban a todos juntamente con mis hermanos, aniquilando a pueblos enteros y entonces se me aparecieron los dioses, los cuales me recomiendan una vida pura y sana y así estar preparado para el día que esto suceda y poder salvar a mi pueblo, es por eso que ya no puedo llamarles padres, y desde hoy yo seré el caudillo que salve a mi raza.
           Tiempo después en un lugar llamado Atitalaquia entre  Tlacoaxpam y Tollan lo tomaron cautivo los toltecas y fue sentenciado a muerte, pero antes de ser ejecutado conoció a Quetzalcóatl que abogo por él, siendo liberado y haciéndose muy amigos desde entonces, conociendo  la forma en la que había llegado hasta “Tollan” (Tula), pensó que se estaba cumpliendo la realidad de sus sueños, puesto que Quetzalcóatl era el hombre blanco que vino del mar.
           Pero todo su destino cambio totalmente, cuando tuvo una reunión mejor conocida como “Tlacualli mayahuale” (comida de los bocoles o banquete de Mayahuel) “Mayahuel” (también se asocia a la palabra “Mayanaliztli” que significa hambre), reunión con la intención de colocar maderos en  las partes más altas de los pueblos, en forma de cruz para protegerse de los demonios.
           Reunión que se efectuó en el reinado de Cuextlán (1088)  hoy Tepetzintla entre varios señores, patriarcas, sacerdotes, y caudillos, y para festejar por iniciativa de Quetzalcóatl ll, tomaron cuatro guacales de pulque (4 numero sagrado), Cuextecatl fue tentado por “Tezcatlipockle” (espejo humeante) y se bebió unos de mas, para después desnudarse y causar desfiguros, que según inconscientemente abusó de la princesa “Xochitl” (florecita), la hija de “Papatzin” (quien descubrió la manera de extraer el agua del maguey o pulque en años anteriores) y por eso cuentan “que Cuextécatl bebió néctar en las manos de la diosa”.
          Después al darse cuenta de lo que había hecho le dio tanta pena, púes esta acción hizo que perdiera su sacerdocio y desnudo empezó a correr de Cuextlán (Tepetzintla) hasta pantlan (Pánuco) también el jefe guerrero “Tlayolo” (Corazón de tierra) con sus acompañantes lo siguieron y para que no se sintiera tan mal, todos se desnudaron corriendo detrás de él, hasta llegar a la región que hoy en día se conoce como Pánuco.
         Donde estableció la nueva Huastecapan, no sin antes a su paso agarrar otra borrachera donde perdió su cetro o bastón en un lugar que le  llamo “Tamcuayalab” (entonces con el bastón del soberano) dentro de esta zona, fundó también el pueblo de “Tamuin” (víboras o serpientes, también puede ser remolino de agua) o “Tamuianchan” (país de muchas víboras) que tomo como capital temporalmente antes de llegar a Pánuco.
         Papatzin después del banquete de Mayahuel, le obsequio pulque y a la ex-doncella Xóchitl, al soberano “Tepalcatzin” (reycito o emperador), octavo rey tolteca, hijo del rey “O-Mitl” (el huesudo), el soberano Tepalcatzin saboreó el licor pero le dio más preferencia a la ex doncella que tuvo un hijo al que puso el nombre de “Meconetzin” (hijo del pulque de maguey) a pesar de que fue hijo ilegitimo o sea, hijo de Cuextecatl, lo nombro rey, cambiándole el nombre por el de “Topilzin”.
            Allá por el año de 1115, Cuextécatl murió en Pánuco antes de la destrucción de “Tollan”o Tula y como era rey o señor, el  caudillo se le llevó a enterrar en andas de oro rumbo a “Tamal kak” (otro mundo).  Andas: tablero con dos varas para llevarlo en hombros.
           Cuextecatl quien habito en un lugar que se conocía como reinado de Cuextlán (lugar de cascabel de víbora) o Cue-kú, donde vivían todos los nobles en compañía de su rey, lugar ubicado entre Tecomate y Apachicruz, a la altura del Km. 15 al 19 de la carretera Alazán-Tantoyuca;
         Tenían una organización militar muy poderosa que pudo tener hasta cinco mil guerreros comandados, por el valeroso “Tlayolo” (corazón de tierra) y habitaban en las faldas del  “Texixtepetl” (cerro donde se ponen huevos), donde tenían un dominio total de la   zona aunque se ayudaban de varios vigías en lugares estratégicos.
          A este lugar que tiene más de cuarenta pirámides por explorar le nombran “Tlacotlaly” (centro o mitad de la tierra);
          La ciudad de Tamoanchan estaba cerca de Piedra Labrada y fue destruida para la construcción  de la presa El Moralillo, la rodeaban una cordillera de aldeas en forma circular, desde “Tlacolulam” (medio infierno), “Tlachipohuac” (Tierra Blanca), Apachicruz, “Tezitlal” (estrella de piedra), “Pocletlan” (El Humo), Coopaltitlan (lugar de brujos, Xilitlan (lugar de cósoles), Campechana, Toteco, San Pedro, El Llano, Zacamixtle, Eluikaktepetl, Tamalinillo, Xilitla-Coyote, La Laja, La Loma, Juan Felipe, Atlzalan, Moyutlan, Tzapotitlan, La Guasima, Cuámanco, Corral Falso, Tenexco , Tenango, Chalingo, Tecomate, El Xúchitl, la Peña, Monte Verde, San Pedro o Dr. Liceaga.
           Pero las que tienen más relevancia histórica son las que se encuentran en la rivera del rió Moralillo o Buena Vista, como Xilitla Tepetzintla donde están en un rancho ganadero dos pirámides casi descubiertas a las que llaman “Pool-nel´ha” (El altar), Cuachilotitla, la Cuchilla, Guaxapoco, Piedra Labrada y Juan Felipe, el Gallo hasta llegar a Tzicóatl (hoy San Isidro y Dr. Montes de Oca mejor conocida como Xicóac o hacienda de Zicuate (Álamo), toda esta zona estaba  habitada por los plebeyos que se dedicaban a la agricultura, la recolección de frutas, la caza, la pesca, la alfarería y la escultura para poder mantener al gran Imperio de Cuextlán, que fue abandonado por Cuextécatl después del banquete de mayahuel.
           Apoderándose los Toltecas desde Tollan del mando de Cuextlán a través de un sacerdote llamado Papatzin  abuelo del rey tolteca Topilzin, tenia este nuevo monarca el cabello crespo en forma de tiara, así comenzó a realizarse la profecía de Quetzalcóatl, el rey era bueno al principio pero se hizo vicioso y de mala conducta y muchos nobles y sacerdotes lo imitaron,          estalló una revolución y con ella la ruina del imperio de Tollan o del pueblo Tolteca.
          Apareció tal como en la profecía de aquel entonces,  un colibrí con espolón de gallo. El cual trajo la desgracia pues se desataron torrenciales aguaceros, huracanes que acabaron con todo y si esto no fuera suficiente, vino una época de cruel sequía que acabo con el resto del poder Tolteca, llegaron las enfermedades que continuaron arrasando vidas y por último la invasión de los chichimecas, hombres bárbaros que hicieron que terminara la historia Tolteca en 1116.
         Los chichimecas tribu o   cultura que respetaba demasiado al rey Cuextecatl como su aliado, pero al saberse ya muerto este, se acabó el respeto hacia el pueblo huasteco, que por muchos años había sido su aliado y después fue sometido salvajemente a base de la fuerza guerrera.
                                 
Cortesía: "Cuextécatl volvió a la vida" De José Reyes Nolasco

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