martes, 1 de octubre de 2013

Costumbres Funerarias En La Huasteca Veracruzana

Tenían como costumbre funeraria en toda la huasteca, que la única forma de pasar de esta vida a la otra. Era cremando el cuerpo, con la idea de que el humo trasladaría al difunto hacia un lugar del inframundo dedicado a “Mictlantecuitl” (señor del reino de los muertos, los sueños, la sombra y las tinieblas).
Haciendo el ritual de la siguiente manera, construían una palizada en forma de cama para cremar el cuerpo, pero antes lo decapitaban y dejaban escurrir la “chalchihuatl” (sangre) para liberar el espíritu. Y la cabeza la reducían de tamaño canino, que llamaban “Tzontécomatl” (cabezas cortadas o separadas), para sepultarlas en un pozo especial de piedras. Solo los jefes, brujos, patriarcas, sacerdotes, caudillos y nobles, eran sepultados completos, junto a sus viviendas ó debajo de alguna construcción, pirámide ó cues.
Lugar donde toda la aldea les llevaba, utensilios de barro, conchas, jade, obsidiana y a veces hasta de oro. También si no fue casado el muerto, sacrificaban a una doncella para que lo acompañara en su camino hacia los dioses y pudiera regresar a la tierra ocupando el cuerpo de un recién nacido; Los guerreros que morían en la batalla y los que morían en la piedra de los sacrificios, iban al “Tonatiu-ichan” (la casa del sol) y se les llamaba “Cuauhteca” (espíritu del águila) y se convertían por cuatro años en compañeros del sol y después volvían a la tierra trasformados en “Huitzitzilin” (colibríes).
Costumbres Funerarias En La Huasteca Veracruzana
Las mujeres que morían durante el parto, iban a “Zihuatlompa” (lugar de las mujeres) y se les llamaba “Zihuateteo” (mujer sin vida) que acompañaban al sol durante la noche, se volvían inmortales y solo regresaban a la tierra para provocar, calamidades, como enfermedades, muerte y terror.
Y en lo que se refiere a los niños recién nacidos, ellos tenían como destino “Tamoanchan” (lugar de nuestro origen), donde eran alimentados por ”Zichihuacuhco” (árbol madre, que da leche). Pero los más grandecitos que morían por enfermedad ó muerte natural se iban a “Mictlan” (lugar de muertos), donde viajaban por cuatro años, para convertirse en la nada.
Hoy en día aun se conserva la creencia de que los muertos regresan en época de todos santos, por tal motivo en la Huasteca se hacen altares con arcos adornados, con una flor que se llama “zempoalxochitl” (ekzempoalli, significa otra vez y xochitl-flor). Según los muertos regresan otra vez convertidos en flor, por eso la llaman “miquexochitl” (flor de muerto), estos regresan atravesando el arco que representa la entrada o salida entre la vida y la muerte, allí se colocan las ofrendas.
Tomado del libro “CUEXTECATL VOLVIO A LA VIDA” - De José Reyes Nolasco.

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