* Los escritores Juan Gabriel Vásquez, Andrés Newman y Cristhian Frías abordaron diversas obras literarias de este prolífico autor
El Hay Festival celebró los 80 años del Premio Cervantes, Sergio Pitol, con una charla entre el colombiano Juan Gabriel Vásquez, el argentino-español Andrés Neuman y el cubano Cristhian Frías, quienes abordaron diversas obras literarias de este prolífico autor, en la Sala Dagoberto Guillaumín del Teatro del Estado.
Con la destacada presencia del novelista, así como un público en su mayoría joven, Gabriel Vásquez agradeció al autor de Soñar la realidad, además de la gran aportación a las letras contemporáneas, permitirle descubrir textos literarios universales a través de las traducciones que hiciera en su vasta trayectoria.
“Admiro la deliberada y atrevida mezcla de géneros en una de mis novelas favoritas, que es El desfile del amor; mientras que a El arte de la fuga yo siempre la he leído como una larga conversación literaria, interminable”.
Parafraseando a Pitol cuando describe su relación con la palabra dijo: “Me parece recordar que en los días peores, cuando ni siquiera podía fijar los ojos en los libros, me complacía pensar en el lenguaje, ese don prodigioso que nos fue otorgado desde el inicio. El escritor sabe que su vida está en el lenguaje, que su felicidad o su desdicha dependen de él”.
A su vez, Andrés Neuman, narrador y ensayista, expresó: “pienso que la traducción es un original que se basa en otro, de ahí la sensación de que Pitol pertenece a esa estirpe, como Jorge Luis Borges, a quien homenajea en uno de sus ensayos; Sergio es uno de esos autores en los que las traducciones forman parte de su propia bibliografía”.
Comentó que en sus obras tiene connotaciones infantiles, remotas, de asombro, “hay una especie de conocimiento que no se termina de alcanzar, un misterio que no conviene resolver, así experimenta con cada uno de sus libros”.
Para Neuman, Pitol es un humanista, “sus relatos describen viajes y sus viajes incluyen la narrativa, de modo que igual que en Borges, distinguir un ensayo de un cuento es ocioso, con Sergio la narrativa breve es la ida y la vuelta de mismo periplo”.
Cristhian Frías, editor y crítico literario cubano, mencionó que el libro que más lo marcó fue El arte de la fuga. “Lo leí entresacando todos los autores, todos los libros, todas las menciones a la ópera, la pintura, comencé a consultar estas obras de la literatura y de las artes y luego volvía a leer esta magna obra; ha sido mi universidad”.
Expuso que ha leído a Pitol en una suerte de encantamiento, “cualquiera, un cuento, una viñeta, siempre tiene algo, porque uno está en la búsqueda de esos mil caminos; como Sergio no hay otro”.
Además, consideró que en las obras de este autor hay un doble movimiento, uno muy evidente y otro más sigiloso respecto a lo desconocido, “que creo que lo enriquece y lo matiza mucho y es que en varias ocasiones los escenarios son exóticos”.
Otro elemento, dijo, en su narrativa es el encuentro fortuito, “hay mucho en él de amigos que se encuentran o se reencuentran fugazmente, en tránsito; se podría decir que para él la amistad es un fenómeno en tránsito y la retrata con especial ternura”.
Sobre Sergio Pitol
Recibió el Premio Cervantes en 2005 y su literatura se combina con otras artes, especialmente con la pintura, música y cine, tanto en relatos con forma de novelas o cuentos, como en las últimas obras del autor. Asimismo, la tendencia a combinar narraciones de ficción con ensayos, en colecciones que aparecen bajo un título unificador, es una tendencia que ha hecho escuela en México.
Dentro de sus obras más destacadas se puede mencionar Tiempo cercado,Infierno de todos, No hay tal lugar, El tañido de una flauta, Nocturno de Bujara,Juegos florales, Domar a la divina garza, La vida conyugal, adaptada al cine, Todo está en todas las cosas, De la realidad a la literatura y Trilogía de la memoria, que agrupa El arte de la fuga, El viaje y El mago de Viena, entre otras.
El autor ha sido acreedor a los Premios Xavier Villaurrutia 1981, por Nocturno de Bujara; Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada 1982; Herralde 1984, por El desfile del amor; Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura 1993; Mazatlán de Literatura 1997, por El arte de la fuga, y de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo 1999.
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