Atl- Aua. Plaza Central de Amatlán, Veracruz. “Atl-agua, Aua- dueño o poseedor”
Dueño del mar, o de las aguas del océano, Rey de Macehually o Majahuales, Hoy “Tamiahua La Vieja”
Figura masculina con tocado antropomorfo y en forma de abanico, su hallazgo en 1929, procede de un lugar conocido como la Huasteca o Tampiquillo municipio de Amatlán, en el antiguo camino de Tamiahua-Tantoyuca, lugar que anteriormente se llamo, Tonatiuhuichan “La casa del sol” y después “Zacamixtle "gato montes”.
Esta pieza se encuentra en muy buenas condiciones, aunque tiene fragmentado el extremo inferior derecho en el tocado del abanico y en grado menor, el extremo inferior izquierdo.
Presenta leves mutilaciones en la punta de la nariz, el labio inferior y el borde derecho del máxtlal.
Los pies están desgastados, lo mismo que la mano izquierda que aparece en el tocado.
Su constitución física es de piedra arenisca o tepetate. Mide 173 centímetros de alto, 60 centímetros de ancho y 27 centímetros de espesor. Se encuentra de pie con las piernas separadas. Lleva la mano derecha sobre el pecho, con el puño en señal de que allí portaba un cetro y la mano izquierda sobre la cadera, ambos brazos están separados del cuerpo.
La pieza está configurada en dos partes principales: el cuerpo y las extremidades de contornos angulosos y el tocado semicircular.
El rostro emerge de la boca de una máscara humana labrada como de madera blanda al parecer de pemuche o pichoco, con el rostro de Quetzalcóatl 1°, que forma parte del tocado.
En él se percibe la línea del cabello que cubre parte de las sienes y llega a las orejas.
La ancha frente comienza en arcos superficiales curvos y cuyos bordes han sido redondeados.
Los extremos inferiores de estos arcos se continúan hacia abajo y definen los laterales de la nariz, recta y de anchas fosas. De la cavidad orbital se proyectan los ojos como abultamientos ovales rodeados de amplias bandas que pueden ser párpados. Lleva la boca abierta, su labio superior es prominente y se curva hacia abajo; el inferior es horizontal y ligeramente vuelto hacia fuera.
Muestra los dientes afilados en punta .La barbilla se proyecta someramente hacia delante. Las orejas se representaron de frente con apariencia de ganchos doblados hacia arriba y adentro. De los hombros angulosos bajan los brazos tratados en forma de cuerpos cilíndricos, el derecho se dobla en ángulo hacia el frente.
La mano empuñada se apoya ligeramente al sesgo sobre el pecho, entre los dedos queda un espacio donde probablemente iba colocado el cetro que lo identificaba como Rey.
El brazo izquierdo esta doblado en ángulo obtuso, la mano extendida queda colocada sobre la cadera. En ambas muñecas marcaron las apófisis estiloides, en el centro del pecho. Se abre una oquedad circular y profunda que es parte del chaleco pectoral.
La región glútea se marcó por un leve declive. Bajo la falda surgen gruesas piernas de una forma aproximadamente cilíndrica, rematadas por anchos y cortos pies descalzos y en ambas se indicaron maléolos.
El tocado en su vista anterior, está compuesto por una estructura semicircular como de palma en forma de abanico colocada en la parte posterior de la cabeza, cuyas superficies laterales y superiores son planas.
Del centro de tal estructura se proyecta, en alto relieve, el gorro con una enorme máscara humana que representa la cara de Quetzalcóatl I transformado en nahually, labrada en madera blanda como de pemuche o pichoco, de su boca abierta emerge el rostro de la figura, la máscara parece salir de abajo del límite inferior central del abanico.
La surca una arruga que recorre de lado a lado en sentido horizontal y que sigue la línea de los arcos superficiales, éstos se curvan marcadamente y se prolongan hasta constituir un círculo completo, limitado en su parte inferior por los prominentes pómulos.
La cuenca orbital aparece rehundida y los ojos van semicerrados por el abultado párpado superior. La nariz es ancha y corva, con las fosas bien marcadas. La enorme boca abierta está formada en la parte superior, por dos bandas que se curvan hacia atrás, la de arriba podría corresponder al labio superior, la de abajo, a la encía sin dientes, bajo el rostro de la figura se vuelven a repetir estas dos bandas, que corresponderían acaso a la encía desdentada y al labio inferior; bajo este último se percibe una prominencia que parece ser el mentón de la máscara. Bajo las orejas en forma de gancho, se abren unas manos extendidas sobre el abanico, que pertenecen al ser figurado en la máscara, están vistas por el dorso, y los dedos apuntan hacia abajo, tienen uñas representadas.
El tocado presenta a manera de remate, una estructura que semeja un trapecio invertido. En su parte posterior, el tocado lleva un disco ligeramente cóncavo. La parte superior de este círculo va guarnecida por una cadena como de palma entrelazada, mostrando doce eslabones pequeños convexos y alineados.
A los lados del disco, donde terminan los eslabones cuelgan unos cráneos reducidos típicos de la cultura huasteca.
El rostro de Quetzalcóatl I de manera esquematizada, nuevamente cubre la superficie interna de aquél disco, que según lo usaba para protegerse de los demonios del mar, las órbitas del rostro son redondas y de los extremos de las mismas salen dos pequeñas ranuras en sentido casi horizontal, en el centro de las órbitas lleva como ojos sendos discos abultados.
Muestra los maxilares descarnados. Parece que se habían marcado los dientes. Los pequeños rostros que cuelgan a cada lado del círculo, portan una banda frontal como amarre, adornada en su centro por una cuenta.
Dichos rostros tienen forma oblonga, llevan los ojos cerrados y los labios ligeramente separados, sus narices son chatas.
La escultura porta un gran pectoral en forma de herradura que cubre el torso y deja los hombros al descubierto.
El pectoral muestra una oquedad en el centro y su borde inferior es curvo.
Usa una falda con dos incisiones horizontales en su parte baja y llega a la altura de las rodillas, sobre ésta cae un doble máxtlatl formado por un elemento trapezoidal y otro rectangular cuyo largo es mayor que el de la falda.
En la espalda de la figura, se perciben la falda y sobre ella, el paño del máxtlatl, el cual también supera en largo a la falda.
Del círculo que contiene el rostro, baja un paño liso y rectangular que cubre el centro de la espalda y llega a la cintura.
Usa orejeras grandes y planas en forma de gancho que se doblan hacia arriba, ensanchándose ligeramente en sus extremos.
Las manos que aparecen en el tocado llevan pulseras como bandas.
La figura ha sido identificada como Atl- Aua Rey de Macehually o Majahuales, hoy Tamiahua la vieja.
Atl-aua (Atl- agua, Aua-dueño o poseedor) Dueño o poseedor del mar.
Milpanecatl Rey de Cuextlán, al sufrir los constantes ataques de tribus invasoras, llegadas de la costa burlando la vigilancia de los gobernantes de Mcehually o Majahuales (hoy Tamiahua la vieja), Tampek I ha Pulik”, de Ochelotlamatl, de tangüijo y de Tochpam, y que pudieran incursionarse hasta Cuextlán, no le queda otra alternativa que enviar a su hijo más pequeño Atl-aua, para organizar la defensa de la costa y no ser sorprendidos por invasores marinos, estrategia que le resulta favorable, ya que con sus otros dos hijos, “Tlatlanque” (tierra que acaba) y “Popolaca” (humo reluciente) adiestrados bélicamente en un tepoxcally tolteca, hacen alusión a sus conocimientos para la guerra, poniéndolos en práctica no solo en la costa, si no en todos los pueblos y ciudades, apodados los invasores de la Huasteca. Atl-aua ejerció total liderazgo y dominio entre todos los gobernantes de la costa, ganado prestigio y el orgullo de su padre, que lo nombra como rey de Macehually, hasta su muerte.
Pero la calamidad se apodera de él, en el año de 1180 cuando llega a su aldea, una embarcación con unas treinta hermosas mujeres altas de color negro, con lindos ojos aceitunados, pelo chino.
Entre ellas venia Uxum kom Bilin (Mujer de ombligo grande) de quien se enamoró perdidamente y fue la causa de la caída de su imperio y además ella le causo la muerte, asesinándolo en el año de 1193 de manera tan cruel que lo castro y le propino 34 flechas en el pecho al rey Atl-aua, llevándolo hasta un cerro para que los devoraran las fieras salvajes (jaguares).
Información Cortesía - Cuextécatl volvió a la vida De José Reyes Nolasco
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