* Se preserva la tradición de elaborar las máscaras que guardan la identidad durante los festejos
* El programa Adelante apoya esta tradición de origen africano
Como hace casi 150 años, hoy esta comunidad vive su tradicional fiesta de origen africano, la más antigua de Veracruz, en un ambiente de alegría y júbilo donde, a decir de los lugareños, “si no hay máscara, no hay carnaval”; celebración que se desarrolla del 19 al 26 de febrero.
Don Octavio López Zaragoza, originario de Coyolillo, es una de las personas que llevan a cabo el rescate de la tradición de elaborar las máscaras para que, desde niños, los habitantes del lugar aprecien el carnaval y su significado. Hoy agradece al Gobierno del Estado hacer llegar el programa Adelante que también impulsa las tradiciones en la entidad.
“A los visitantes les atrae mucho ver a la gente disfrazada con sus coloridos vestidos con campanas y cascabeles, portando penachos cubiertos de tela y de flores y adornados con espejos y con la máscara de madera”, expresa con entusiasmo don Octavio.
Como nos relata el hombre de origen campesino, es aquí donde nació el Carnaval de Veracruz, por africanos que llegaron a estas tierras como esclavos para trabajar el campo.
“A los visitantes les atrae mucho ver a la gente disfrazada con sus coloridos vestidos con campanas y cascabeles, portando penachos cubiertos de tela y de flores y adornados con espejos y con la máscara de madera”, expresa con entusiasmo don Octavio.
Como nos relata el hombre de origen campesino, es aquí donde nació el Carnaval de Veracruz, por africanos que llegaron a estas tierras como esclavos para trabajar el campo.
La principal tradición de estas fiestas, cuenta, es la elaboración de máscaras con la imagen de diferentes animales, principalmente del toro o del diablo, para cambiar la identidad de quien la porta. “Si nadie sabe quién la porta, puede hacer sus travesuras y divertirse más”, dice el artesano.
Con la máscara y el resto de la indumentaria, niños, jóvenes y adultos se transforman por igual para dar rienda suelta a la alegría a lo largo de ocho días que duran los festejos; en esta ocasión, del 19 al 26 de febrero.
Con la máscara y el resto de la indumentaria, niños, jóvenes y adultos se transforman por igual para dar rienda suelta a la alegría a lo largo de ocho días que duran los festejos; en esta ocasión, del 19 al 26 de febrero.
Don Octavio señaló que en los años 80 la tradición de elaborar las máscaras estuvo a punto de perderse; por eso, decidió apoyar y exhortar a niños y jóvenes a aprender el oficio, con el apoyo del Gobierno Estatal a través de becas, y se iniciaron los talleres que hoy continúan abiertos para preservar dicha tradición que da identidad a Coyolillo.
En estos días, Coyolillo recibirá visitantes no sólo de Veracruz, sino de estados circunvecinos y de otros países, según el maestro en la elaboración de máscaras de las nuevas generaciones.
La elaboración de las máscaras totalmente artesanales a base de madera y pintura, se realiza una vez al año. Se inicia tres meses antes al carnaval con una producción aproximada de un centenar y cuyo precio fluctúa entre los 250 y 400 pesos. Y tienen una gran demanda.
“Los chiles rellenos también nacieron aquí. Son obsequiados en cada una de las casas como parte de la tradición, y se preparan como en ningún otro lugar, con hiervas de olor como orégano, tomillo, mejorana y cebolla, que le dan un sabor realmente especial” aseguró.
Como el pueblo es muy grande, aquí se consumen aproximadamente unas 10 toneladas de picante durante el carnaval. En cada casa, mínimo preparan dos kilos de chiles rellenos ya sea de carne de cerdo o de pollo, hasta 20 kilos según las visitas que recibirán, agregó.
“Otros platillos tradicionales que ofrecemos en carnaval son la torta de plátano, de camote y de calabaza”, finalizó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario