Ubicado entre los cinco principales festivales de México y entre los cien más importantes del mundo, Cumbre Tajín es un modelo de desarrollo socioeconómico a partir de la cultura, expresa su director, Salomón Bazbaz, al señalar enfático que los beneficios que ha traído a la región están a la vista y se pueden constatar cada año en el movimiento comercial que se genera en la región del Totonacapan y en todo el norte de Veracruz.
Sólo en 2011, señala, se generó una derrama económica de 180 a 200 millones de pesos, 100 por ciento de ocupación hotelera en la región, más de 400 mil visitantes y más de ocho mil empleos. Además, durante cinco años hemos mantenido un programa de apoyo a estudiantes universitarios totonacas con 513 becas derivadas del 30% del ingreso en taquilla que les ha permitido continuar con sus estudios”, comenta.
Junto a estos logros económicos y sociales que han permitido elevar la calidad de vida de los pobladores, el éxito de Cumbre Tajín a lo largo de sus doce años de existencia, indica Bazbaz, está la promoción de una cultura viva, de la cultura totonaca, dueña de una cosmogonía de admirables vínculos con la naturaleza y una espiritualidad ejemplar.
“Durante los 12 años de este festival, el Gobierno de Veracruz ha trabajado con este interés, la promoción de la cultura de los hombres y mujeres del Totonacapan, el rescate de un pueblo antiquísimo que sigue vivo, que forma parte de nuestra historia, de la grandeza de nuestro estado”, añade.
El Director de Cumbre Tajín comenta que al lado de todos los beneficios socioeconómicos está el trabajo de promoción y rescate cultural. “Por ello podemos decir con orgullo que la ceremonia ritual de Los Voladores es Patrimonio Cultural de Veracruz y Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad; la zona arqueológica de El Tajín es Patrimonio Cultural Material de la Humanidad y una de las cinco más visitadas en México.
“El Centro de las Artes Indígenas es un modelo educativo reconocido a nivel internacional en donde se han creado más de 120 empleos fijos para maestros tradicionales involucrados en la regeneración cultural de su pueblo y a donde asisten más de mil personas semanalmente a 14 casas de tradición.
“Tajín Vive es ejemplo de iluminación, recorrido y respeto al patrimonio, con el respaldo del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y el Parque Takilhsukut es santuario del pensamiento, la creación y la actividad cultural indígena”, explicó.
Involucrado al cien por ciento en la cosmovisión totonaca, Salomón Bazbaz, organizador de la Cumbre desde sus inicios en la primavera del milenio, dice que la experiencia cultural es impresionante al visitar lo mismo el Parque Takilhsukut, Papantla y la Ciudad Sagrada de El Tajín.
Los habitantes del Totonacapan —la tierra de los tres corazones— poseen idioma ancestral, gastronomía sorprendente, medicina tradicional, arte de múltiples vertientes, ritos y deidades de presencia inalterable, comunión con la naturaleza, memoria histórica y una dualidad vital: son un pueblo de artistas, de seres rituales: danzantes, voladores, bordadoras, tejedores… están signados por la creación y la calidez”, explica.
Insiste en que gracias a los beneficios tangibles en la zona norte del estado de Veracruz y su repercusión mundial, Cumbre Tajín es ejemplo para proyectos asociados con civilizaciones indígenas, patrimonio cultural, oferta escénica y revitalización identitaria.
“El año pasado rompimos récord con la asistencia de 400 mil visitantes durante los cinco días del festival en las tres sedes. Además se realizó la primera celebración en México de las manifestaciones reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
“Tuvimos a más de cinco mil artistas internacionales, nacionales y veracruzanos participando en cinco mil actividades. Fue un éxito total y este año estamos seguros de que superaremos las expectativas”, concluyó.
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