* La fiesta se ha venido adaptando a las necesidades de la política turística y empresarial originada en 1925, afirma investigador de la UNAM
* El carnaval aspiró a instaurar un pacto social entre el gobierno, empresarios y trabajadores sindicalizados, dijo
El carnaval es la gran fiesta del Caribe y se extiende a través de la música, el canto, el baile, el mito, el lenguaje, la comida, la vestimenta y la expresión corporal, sintetizado todo en el ritmo, afirmó Guido Munch, investigador y académico de la UNAM, en el marco del foro El Carnaval también es Cultura, organizado por la Secretaría de Turismo, Cultura y Cinematografía (Secturc) en recintos culturales del Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC).
Históricamente, el origen del Carnaval está vinculado con raíces prehispánicas y andaluces, incluso francesas, sostuvo el académico, y en el caso de Veracruz es en 1925 cuando se reinstaura este festejo, “renovado por las nuevas tendencias que dieron inicio al desarrollo contemporáneo de la capitalización del puerto, al espectáculo de estado y la diversión pública generalizada”.
Así que con el propósito de hacer resurgir la vida comercial, dijo Guido Munch, el nuevo carnaval aspiró a instaurar un pacto social entre el gobierno, empresarios y trabajadores sindicalizados.
Al destacar estos elementos sobre el origen de la fiesta carnestolenda, el investigador se refirió a la importancia que tienen los foros orientados a la reflexión de las tradiciones y la identidad, como es el caso del foro El Carnaval también es cultura, ya que la función simbólica de los valores humanos de esta celebración no es conocida por la gran mayoría de las personas, pues “el común de la gente no conoce su origen histórico, ni se da cuenta de su significado actual”.
Asimismo, recordó que el entierro del Mal humor, el enemigo público, se hizo un sábado 21 de febrero de 1925, representado por los ferrocarrileros; fue llevado arriba de un camión, encerrado en una cárcel de madera.
En la aprehensión, marcha macabra, las comparsas ofrecieron una visión dantesca, hubo rostros enharinados, diablos, muertes, negros, viejas brujas centuriones, soldados y plebeyos, entre otros personajes. Fue fusilado y enterrado simbólicamente en el Parque Ciriaco Vázquez, dijo.
Respecto de la evolución de la fiesta, Munch señaló que el carnaval ha fluctuado entre apogeos y declinaciones, sus elementos componentes, viejos y nuevos, se han venido adaptando a las necesidades de la política turística y empresarial originada en 1925.
Durante la Revolución Mexicana se originó un desplazamiento del carnaval, en manos de la clase económica poderosa, descendientes de la oligarquía porfirista, hacia los sectores oficiales. “En sí, el antiguo carnaval elitista fue politizado, llegó a parecerse a un desfile festivo de alianza social entre gobernantes, empresarios, sindicatos y el pueblo, organizados por las instituciones políticas, artísticas y culturales, acorde connla ideología política del Estado liberal”.
El carnaval porteño, concluyó, condensa la imagen social de la ciudad de Veracruz, la sociedad porteña se ve y experimenta a sí misma como alegre, abierta, amiguera, excesiva, sensual, travestida, llena de ambigüedades, volcada al turismo, con imágenes atribuida por los mexicanos al estereotipo jarocho del puerto.
Guido Munch es autor entre otros títulos del libro Una semblanza del Carnaval de Veracruz, editado por la UNAM, en el que aborda los diversos elementos y valores que convergen en torno a esta fiesta.
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